Si hubiera que elegir una palabra que definiera Alcaravea, bien podría ser “pasión”: por ofrecer las mejores propuestas gastronómicas, por disponer del escenario idóneo para saborearlas y, también, por el amor y cuidado que todo su personal pone para que el comensal se sienta cómodo y feliz. Decididamente, este no es un restaurante al uso. Aquí prima la relación que se establece con el cliente, que se convierte en habitual a fuerza de confianza y respeto; con los proveedores, en su mayoría kilómetro cero; con un equipo de cocina volcado en elaborar platos exquisitos respetando plenamente las normas de seguridad alimentaria, y también con un personal de sala que se vuelca en un trato humano que aspira a la excelencia.

de cocina elaborada, pero sencilla

…un restaurante donde se tiene muy en cuenta la opinión de quienes nos visitan”,

Explica Pepe Sánchez.

“Muchas veces me preguntan por qué no amplío el local o por qué no me planteo abrir franquicias. Mi respuesta es siempre la misma: nos gusta lo que hacemos, cuidar todos los detalles; atender personalmente a cada cliente como si fuera único y que, cuando se despide de nosotros, nos diga que ha comido muy bien y que se ha sentido muy a gusto. Teniendo en cuenta que esta es una modesta casa de comidas, ese es el mayor elogio que nos pueden dedicar. Y para que siga siendo así, es preciso mantener un tamaño de negocio que lo haga realmente posible”.

Porque si hay otra característica que nos define, es la discreción. En Alcaravea, sentirán que son el centro de cuanto hacemos, ya compartan mesa con familiares, amigos o colegas de trabajo, pero siempre recibirán un trato que respete su privacidad”. Atenderlos con profesionalidad y prudencia, dejando que disfruten los platos, que experimenten el momento, que charlen con sus compañeros de mantel… porque ellos son quienes marcan su propio ritmo y espacio en un ambiente que invita a hacerlo.